Esta receta no falla, es riquísima, fácil de hacer y barata! Es de las que cuando no tienes mucho tiempo para cocinar o no eres un “experto cocinero” piensas; «quiero una receta que me salga rica y que a todo el mundo le guste y no me complique la vida», pues bien, esta es una de ellas. Pero os aviso que no es especialmente «bonita»…
En casa de mis padres las tomábamos mucho y no podía “irme de casa sin la receta”.
Se necesitan pocos ingredientes y muy básicos
Para 4-6 personas
1 kg de pechuga de pollo
300g de harina
3 huevos
250 ml de agua
1 cucharadita de levadura
1 cucharadita de bicarbonato
100ml de zumo de limón
200g de azúcar
Cortar las pechugas en tiras no muy finas, como de dos dedos de ancho.
Exprimir el zumo de limón
Mezclar en un bol la harina, bicarbonato, levadira, agua y huevos, mezclar todo bien hasta que no queden grumos.
Salar el pollo y meterlo en la mezcla para que se cubra por todas partes
Poner en un cazo el zumo de limón con el azúcar a fuego bajo. Hasta que se haga una salsa tipo sirope
Cuando la freidora esté caliente o una olla con aceite (yo solo uso aceite de oliva), freir el pollo, al sacarlo es muy importante secarlo bien con papel de cocina para quitar el aceite (odio los fritos aceitosos)
Luego colocar en una bandeja y verter la salsa por encima, hay que “empaparlo” bien para que coja todo el sabor.
Yo siempre lo preparo (es un plato que tomamos habitualmente en el obrador) con una guarnición de arroz salteado con pasas y piñones al cual también rocio con un poco de salsa.
Ya me contaréis que os parece cuando lo preparéis
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