Hoy os quiero hablar de Atrio, un restaurante en Cáceres que me parece de los mejores que he estado. No sólo la comida era buenísima sino el hotel donde está y la atención me pareció una pasada. Merece la pena este “turismo” gastronómico.
El hotel tiene un diseño que me encanta, han respetado la estructura antigua pero su interior encuentras un diseño moderno y cálido a la vez.
Cuando llegas te enseñan su maravillosa bodega, no sabéis lo grande y especial que es, con mas de 30.000 botellas de todo el mundo y de lo “mejor de cada casa”. Tienen una zona especial de Sauternes (vino dulce, que me encanta y con el que cocinamos muchísimo) que es de los vinos más caros del mundo, esas botellas, obviamente no están a mi alcance pero deben de ser increíbles.
Luego, subes a la zona de las mesas pero antes visitas su patio interior con un jardín muy cuidado y la cocina impoluta con muchos chef trabajando meticulosamente. Nos recibió Toño, dueño y chef. Me pareció una persona admirable, con un CV muy largo, muchos galardones, 3 soles Repsol y 2 estrellas Michelin pero de trato muy sencillo y amable.
Ya en la mesa nos recibió José que también es encantador. Decidimos tomar el menú “corto” acompañado de trufa negra, yo no llegué al final…. No os voy a describir cada plato por dos razones, 1) por no aburriros y 2) por no “desvelaros” todo y así lo descubráis por vosotros mismos. Pero os voy a decir los platos que más me gustaron y sorprendieron.
Empezamos con un milhojas de boquerón con una combinación de sabores sorprendente.
Luego continuamos con el capuccino de foie, un “must” de este restaurante, cremoso con un punto caramelizado.
El siguiente fue uno de mis platos favoritos, se llama gambas marinadas, pero es un finísimo carpaccio de gambas con una crema alrededor riquísima. Además visualmente, es un plato súper artísitico.
El bocadillo de trufa negra, un espectáculo, que cosa más rica… da gusto que en los restaurantes donde en su carta pone “trufa” sea trufa de verdad. Puro aroma y sabor. Ahora se utiliza mucho la trufa china que es muy barata pero que no sabe a nada, me da mucha rabia pedir en un restaurante algo con trufa y me pongan la china…
Una combinación muy sorprendente fue la careta de cerdo, cigala y jugo cremoso de ave. Puede que no suene el plato más atractivo del mundo pero ni os imagináis lo rico que está
Los postres, el tocinillo muy bueno y los buñuelos algo de otro mundo!
Espero poder volver pronto puesto que disfruté muchísimo! Aprovecho para dar las gracias a mis padres que me lo enseñaron e invitaron a esta experiencia!
El próximo blog no os lo podéis perder, una receta de tarta de doble chocolate, facilísima de hacer y que sorprenderá a todo el mundo!
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